Por: Guillermo Valdés Castellanos.
Uno
de los resultados más comentados de la elección, que ya está volviendo vox
pópuli, es que Morena desfondó al PRD, en especial en la Ciudad de México, ya
que el partido de Los Chuchos se quedó con 11.5% de los votos y el de López
Obrador, 8.8%. Como la votación histórica del PRD ha oscilado ente 18 y 20% en
las elecciones federales intermedias, no es difícil concluir, en primera
mirada, que los sufragios de Morena provienen de su ahora adversario
(¿enemigo?) político. Sin embargo, esa afirmación solo es parcialmente cierta.
Las
posiciones ganadas por éste partido en el Distrito Federal se las arrebató a
los perredistas y, en ese sentido, efectivamente Morena desvalijó al PRD. De
eso no cabe la mejor duda. Lo que no es cierto es que los votos con que realizó
el despojo hayan pertenecido anteriormente al perredismo. Es necesario ir a los
resultados de las elecciones federales estado por estado, para averiguar de
dónde obtuvo su fuerza el partido lopezobradorista. Es necesaria una doble mirada.
Morena
obtuvo, en números redondos, 3.3 millones de sufragios; la mitad de ellos los
consiguió en tres entidades: el Distrito Federal (770 mil, 23% de su votación
total); Estado de México (580 mil, 17%) y Veracruz (313 mil, 9%). El PRD obtuvo
4.3 millones de votos. La sorpresa es que la votación perredista obtenida en
2009 –la elección intermedia de hace seis años, con la cual es comparable la
del 7 de junio pasado- es de 4.2 millones de votos; es decir, no sólo
disminuyó, sino que creció en términos absolutos en 100 mil votos.
En
2009, el PRD sacó 755 mil sufragios en el Distrito Federal y el domingo
antepasado obtuvo 645 mil, es decir, 110 mil menos que pudieron irse a Morena,
cifra muy menor a los 770 mil votos lopezobradoristas. ¿De dónde sacó los otros
660 mil? Del PT, que disminuyó su votación en la capital en 250 mil sufragios;
del PRI, que redujo su votación en 100 mil, y del PAN, cuya votación capitalina
decreció 170 mil. En total Morena les restó 630 mil votos a los partidos y se
llevó 140 mil nuevo electores.
Con números
distintos, pero la historia en el Estado de México es similar; los principales
aportadores a la votación de Morena (580 mil votos) son el PRI y el PAN con 450
mil sufragios, y en menor medida el PRD (40 mil). En Veracruz, el PRI pierde
400 mil votos y el PAN 300 mil; Morena obtuvo 310 mil; el PRD creció 150 mil.
En Baja California, Morena tuvo 100 mil votos, 45 perdidos por el PAN, 45 mil
por el PRI y 12 mil por el PRD.
Detrás
de estos números hay tres hechos muy relevantes. Primero, Morena no canibalizó
la votación perredista; las estructuras partidistas y clientelares que
conforman su voto duro resistieron, en términos generales, el embate. Segundo,
aunque en el caso de la elección federal en los números grandes no hay
retroceso, las pequeñas pérdidas del PRD en muchos distritos fueron suficientes
para que el PRI o Morena se llevarán las diputaciones, ya que sus triunfos hace
tres o seis años habían sido por márgenes muy pequemos. Reducción marginal
pequeña, impacto político relevante.
Tercero,
fragmentada, pero la izquierda creció mucho: de 6.3 a 11.2 millones de votos
entre 2009 y 2015; pasó de 19.5 a 30%. De esos 5 millones de votos extras (3.3
de Morena y 1.6 millones que ganó Movimiento Ciudadano, principalmente en
Jalisco), casi la mitad se los obsequiaron PRI y PAN, que perdieron en su
conjunto 2.3 millones.
El
que tenga oídos que oiga.
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